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Segundo
largo dirigido por Miguel Bardem, sí, otro miembro de esa ilustre saga
del cine español, si bien es el primero dirigido en solitario, pues su
primera aventura –Más que amor frenesí (1996)- es un trabajo en común
junto a Albacete y Menkes.
Ese
look modernillo del título antes mentado se mantiene en el film que
nos ocupa,
que resulta ser un abigarrado cóctel de géneros: comedia ácida con
toques fantásticos, derivando hacia la moderna sátira freak marca
Álex de la Iglesia, hay también ciencia ficción, con un Madrid
cibernético año 2010 donde la gente contempla una gala de Miss España en
una gran pantalla en la Torre de Madrid, derivando incluso hacia el sub-género
de la Nueva Carne, donde la protagonista sufre mutaciones en su
organismo, paliadas con la introducción en vena de determinados
brebajes, ya saben; hay también apuntes melodramáticos, pues reflejan la
soledad de los personajes, sobre todo en ese buen happy end; un
cierto mensaje ideológico, que apela a la soledad en las sociedades
modernas, donde prima el culto a la belleza externa frente a la olvidada
búsqueda de la belleza interior, pero, sobre todo, es un thriller,
con planteamiento policiaco, crímenes, todo ello con toques de cine
negro, en fin, un montón de cosas. Dentro de este pastiche de géneros,
muchas son las viejas pelis que nos vienen a la mente, mientras
observamos esta película de Bardem, a las cuales me referiré conforme
llegue su momento en el resumen de la historia que hago a continuación.
Lola, es una chica, que nacida deforme sabe del rechazo desde su niñez y
su difícil juventud en un internado de monjas repudiada por todos sus
compañeros. La trama se estructura desde el inicio hasta bien avanzado
el film en dos líneas que corren paralelas: la investigación que el
teniente Arribas (Roberto Alvárez) y su equipo realizan a tenor de un
misterioso asesinato ocurrido en una residencia de ancianos, al
parecer perpetrado por una monja, entralazada con la vida de la bella
Lola Otero (Elia Galera), una femme fatale devoradora de hombres
que esconde un misterioso secreto. A resultas de la investigación del
Teniente Arribas, un trasunto del caza-replicantes Deccard de
Blade Runner, que se encierra cada noche en la soledad de su
apartamento y que también esconde un secreto, y su ayudante, el tartaja
y enamoradizo sargento Pelayo (Javivi), descubren que un extraño
profesor, el Dr Werner (Hector Alterio), el mad-doctor de
toda peli de género que se precie, puede estar implicado. Esto les pone
en la pista de una paciente deforme a la que el finado doctor atendió en
el pasado: la Lola patito feo, horror de todos, pasó a ser la bella
Otero. Asistimos de paso a los socorridos flash-backs que nos muestran
la triste adolescencia de Lola y sus continuos desengaños, su
adolescencia y la de esa otra ilustre pecosa, Carrie, no fueron
sencillas y todo ese odio encerrado hará saltar todo en pedazos. A
partir de ese momento la investigación toma cuerpo y ciertas trágicas
desapariciones y asesinatos de misses España parecen apuntar a la
trastornada Lola como autora de los crímenes. La secuencia final a modo
de gran guiñol en pleno concurso de elección de la nueva Miss España
terminan por enseñarnos el cruel secreto que esconde Lola, una realidad
apenas adivinada pero bien relegada para la apoteosis final, escena
donde El hombre elefante o el número final sobre el escenario de Woody
Amor/Jerry Lewis en El Profesor chiflado sobrevuelan por la función,
escena resuelta en un tono tragicómico, que eleva nuestra valoración del
conjunto, una eficaz farsa con algún buen momento cómico.
Sin grandes detalles de puesta en escena, con una estética feista de
serie B cercana al comic, el punto fuerte está en el guión, desarrollado
a modo de gags a cual más risible, como el celebrado tanque que en unas
maniobras desentraña uno de los crímenes, con los contrapuntos que el
devenir del serial-killer va dejando hasta converger en la escena final.
En cuanto a la valoración interpretativa, el casting es todo un acierto,
desde la sensual y fría Lola, interpretada por
Elia Galera, pasando por
la de Roberto Álvarez, que cuaja un interesante trabajo dando vida al
afectado pero contenido personaje del Teniente Arribas, pasando por el
contrapunto cómico que facilita Javivi con su Sargento Pelayo, menos
feliz por lo redundante, y el elenco imprescindible para dar la nota
bufa, y así desfilan gente como Enrique Villen o Guillermo Toledo,
Santiago Segura o Javier Gurruchaga y los impagables Luis Ciges,
Saturnino García o Agustín González, entre otros.
Calificación: 5
Fox Rodríguez, noviembre de 2004.
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