C R Í T I C A |
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Importante por lo que supone, la inauguración de la producción fílmica de la productora catalana Fantastic Factory auspiciada por la Filmax de Julio Fernández, en asociación con todo un personaje del fantaterror internacional: el estadounidense Brian Yuzna, un psicotrónico del fantástico comercial, más que por los méritos intrínsecos de este film, dirigido por el propio Yuzna. Rodada en una Barcelona que intenta y pasa por ser alguna ciudad de yanquilandia, la trama es una nueva recreación del mito de Fausto, con estructura de comic y a ritmo de rock, con personaje que vende su alma al diablo, aquí encarnado por la cabeza visible de una secta satánica de criminales, y al rebelarse contra su maligno destino desatará los acontecimientos. La participación de un maduro Jeffrey (“reanimador”) Combs en el papel de detective es otro atractivo para el aficionado.
La peli aunque discreta, si uno deja aparte ciertos
prejuicios, es pasable y moderadamente disfrutable gracias a su buen
ritmo, incluso algunas risibles escenas que obedecen a tópicos muchas
veces vistos antes (la relación de continuo acercamiento-enamoramieto
paciente-doctora), las pasamos si apostamos por el divertimento sin
tapujos. Muchos pasajes mezclan los clichés del cine de superhéroes
americano pues la película no es una horror-movie, más bien cine de acción
a raudales con toques de comedia y alto contenido erótico. En este
sentido, da la impresión que Yuzna se ha sentido cómodo con la productora
y ha dado rienda suelta a toda su parafernalia de soft-sex en esa onda de
cómic que antes comentábamos. Para los anales queda la grotesca escena gore-sex de la discípula sexo-maniaca del diablo siendo ridiculizada por
su amo. Calificación: 5,5. G.R., 18 de mayo de 2003
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