INSENSIBLES |
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Medina dirige con una solvencia inusual para un debutante y sabe dominar el pulso narrativo de una bien pulimentada trama que va despejando incógnitas, que por momentos se alejan como se acercan, combinando los abundantes elementos dramáticos con menos pero bien dosificadas pinceladas fantásticas, si bien la cinta se mueve con un aire siniestro y oscuro muy de agradecer, para llegar al crescendo final. Por el camino, una amplia gama de comportamientos humanos, desde la violencia más cruel, la soledad, a los más humanos como la compasión, el cariño y el amor. En cierto sentido, Insensibles puede compararse perfectamente con otro film catalán coetáneo como es ‘Pa negre’ (Agustí Villaronga, 2010) en su vertiente de thriller familiar y plenitud dramática, si bien el filme de Villallonga enflaqueció desprovisto de los elementos más autorales deviniendo en uno de los trabajos menos personales de su autor y en el que nos ocupa, se han añadido ciertos elementos genéricos del cine de horror. En Insensibles destaca la fortaleza del guión, caracterizado por una potente vis dramática, salpimentado con ingredientes fantásticos en torno a la evolución del personaje de Benigno desde niño hasta su siniestra madurez, idea argumental a modo de columna que vertebra el resto, bien secundado por un eficaz elenco interpretativo donde destaca la aportación de Àlex Brendemühl al no menos insensible David. La revelación del misterio familiar y la secuencia final que desborda con momentos de inusitado lirismo eleva la nota final de un tan ameno como emotivo filme, por encima de dogmatismos ideológicos más propios de un reduccionismo comiquero para explotar el drama que la pura exactitud histórica.
Calificación: 7 (sobre 10). David Linck, junio de 2013. |
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